Las investigadoras de la CEU UCH Mónica Belda Torrijos y Linda Palfreeman analizan la evolución de las metodologías de enseñanza y su impacto en la adquisición del idioma
La enseñanza del español como lengua extranjera ha experimentado un cambio fundamental en las últimas décadas: de métodos basados en la memorización y la traducción, se ha pasado a enfoques que priorizan la comunicación y el uso práctico del idioma. Así lo demuestra una investigación realizada por Mónica Belda-Torrijos y Linda Palfreeman, profesoras e investigadoras del CEU UCH, cuyo estudio ha sido publicado en la revista científica Onomázein.
En su artículo, titulado «Metodologías y modelos en la enseñanza del español como lengua extranjera», las investigadoras analizan cómo han evolucionado los modelos pedagógicos en la enseñanza de segundas lenguas y concluyen que el aprendizaje del español debe centrarse en la interacción y el contexto comunicativo, más allá de la simple adquisición de reglas gramaticales. Según el estudio, los métodos más efectivos combinan diversas estrategias pedagógicas y se adaptan a los distintos perfiles de los estudiantes, lo que permite una mayor efectividad en la enseñanza del idioma.
La competencia comunicativa, clave en el aprendizaje del español
Uno de los hallazgos más importantes de la investigación es la confirmación de que la enseñanza del español como segunda lengua debe centrarse en la competencia comunicativa, es decir, en la capacidad del estudiante para desenvolverse en contextos reales.
Este concepto, desarrollado en los años 70, amplió la idea de que aprender un idioma no consiste solo en conocer su gramática, sino también en saber usarlo en situaciones sociales y culturales específicas. Belda-Torrijos y Palfreeman subrayan que, en la enseñanza del español, es fundamental que los estudiantes aprendan a negociar significados, interactuar con hablantes nativos y enfrentarse a escenarios comunicativos reales.
Además, el estudio señala que los errores no deben verse como fallos a corregir de forma inmediata, sino como parte del proceso de aprendizaje, ya que reflejan el desarrollo de la interlengua y la adquisición progresiva de la segunda lengua.
El impacto de la tecnología en la enseñanza del español
Otro aspecto analizado en la investigación es el papel que juega la tecnología en la enseñanza del español como lengua extranjera. El uso de herramientas digitales y entornos virtuales ha transformado la manera en que se enseña y se aprende el idioma, ofreciendo nuevas oportunidades para la inmersión lingüística y la interacción con hablantes nativos.
Las investigadoras destacan que las plataformas de aprendizaje en línea, la inteligencia artificial y la realidad aumentada están permitiendo que los estudiantes tengan una exposición más rica y variada al español, algo fundamental para la adquisición de la lengua. Belda-Torrijos y Palfreeman subrayan la necesidad de seguir investigando sobre las metodologías más eficaces para la enseñanza del español, adaptándose a las nuevas exigencias del aprendizaje globalizado y a los perfiles diversos de los estudiantes.
El estudio también abre nuevas líneas de investigación sobre el papel de los factores socioculturales en el aprendizaje del español y la integración de estrategias de enseñanza híbridas que combinen aprendizaje presencial y digital.
De la traducción a la interacción: la evolución de la enseñanza del español
La enseñanza del español como lengua extranjera ha experimentado una transformación radical, pasando de métodos centrados en la memorización y la traducción a enfoques que priorizan la comunicación y el uso práctico del idioma. Durante el siglo XIX y principios del XX, el método gramática-traducción dominó la enseñanza de lenguas, con un énfasis en reglas gramaticales y listas de vocabulario, pero sin atención a la expresión oral.
El desarrollo de nuevos enfoques a finales del siglo XIX y principios del XX introdujo el método directo, que fomentaba la inmersión total en el idioma sin recurrir a la lengua materna. Posteriormente, los modelos estructuralistas como el método audio-oral reforzaron la enseñanza a través de la repetición y la práctica controlada. Sin embargo, estos métodos seguían limitando la interacción en contextos reales.
El verdadero cambio llegó en los años 70 con el método nocional-funcional, que puso el foco en el uso del idioma en situaciones cotidianas. A partir de los años 80 y 90, los enfoques comunicativo y basado en tareas consolidaron la idea de que el aprendizaje de una segunda lengua debe centrarse en la interacción y la adaptación al contexto, relegando la gramática a un papel secundario dentro del